El interés por la estética va en aumento pero ha cambiado mucho el perfil del usuario, el público está muy informado y demanda “naturalidad” y, aunque la mayoría de los clientes son mujeres, el interés masculino por la cirugía estética ha crecido en torno a un 19% desde 2015, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Secpre). De hecho, los hombres españoles realizan al mes más de 97.000 búsquedas en internet relacionadas con la especialidad.
Desde hace unos años, y cada vez más, los hombres han perdido el miedo a los retoques y los hombres deciden dar el paso a la cirugía estética a través del Botox®. La mayoría de los pacientes masculinos que se someten al tratamiento con Botox® tienen 40 o más años y están interesados en minimizar los signos tempranos de envejecimiento. La técnica consiste en la infiltración mediante una aguja extrafina de la toxina botulínica en el músculo de la zona que se desea tratar, produciendo su relajación e inhibiendo el movimiento del mismo. Por eso los hombres demandan este tratamiento para intentar eliminar arrugas o líneas de expresión muy marcadas, relajando los músculos, pero manteniendo la expresión natural.
Para los hombres que desean parecer más jóvenes y vitales, el procedimiento representa uno de los tratamientos estéticos disponibles más rápidos y menos invasivos. De ahí que la aplicación fundamental del Botox® en estética masculina sea el tratamiento de las arrugas de expresión, es decir aquéllas que aparecen en el entrecejo, la frente, las comisuras de los labios o las patas de gallo. Como resultado de la correcta aplicación del Botox®, las líneas y arrugas se reducen o desaparecen y la piel adopta una apariencia más lisa y juvenil. En los hombres, las líneas de la frente, pueden hacer que se parezca siempre enfadado o disgustado por eso es una de las aplicaciones más demandadas.
En lo que se refiere a la eliminación de las arrugas faciales, el Botox® ofrece claras ventajas:
- Evita la cirugía
- Se puede aplicar en cualquier época del año.
- Es una técnica prácticamente indolora.
- Sus efectos son inmediatos y se prolongan entre cinco y seis meses.
- Apenas tiene contraindicaciones.
- Raramente produce efectos adversos, como reacciones alérgicas, dolor en el punto de punción o pequeñas marcas de hematoma.
El problema con la aplicación del Botox® radica en que hay mucho intrusismo profesional y debería estar más controlado. Hay peluquerías y centros de estética que lo ofrecen sin tener personal especializado. Hay que recurrir a una especialista en cirugía estética, que es el profesional que dará las mejores garantías y aplicará las mejores técnicas, porque también el Botox® se ha perfeccionado mucho desde que se empezó a aplicar y los que están más actualizados son estos profesionales. El cirujano estético es el indicado para asesorar a aquellos hombres que están considerando recibir inyecciones de Botox® e informarle convenientemente de que deben tener perspectivas realistas sobre lo que se puede lograr y evitar las falsas expectativas.